Recibir el diagnóstico de cáncer en general, o de un cáncer de la sangre en particular, puede ser devastador: es una noticia que impacta y tal vez paraliza. Sin embargo, desde la Asociación Leucemia Mieloide Argentina (ALMA), la Asociación Civil Linfomas Argentina (ACLA) y la Fundación Argentina de Mieloma (FAM), se encargaron de aclarar que, gracias a los avances que ha habido en los últimos años, tener cáncer de la sangre definitivamente ya no es una sentencia, ni mucho menos: en algunos tipos de leucemia, mieloma o linfoma, las tasas de remisión y respuesta son muy elevadas, al igual que los controles sostenidos en el tiempo, lo que permite llevar una vida prácticamente normal y seguir trabajando o realizando actividad física, siempre que se cumpla con el tratamiento y con las indicaciones del médico.
De todos modos, en el marco del Día Mundial del Cáncer de la Sangre, que es este domingo 28 de mayo, Fernando Piotrowski, paciente con leucemia y Director Ejecutivo de ALMA, remarcó que “lamentablemente persisten desafíos u obstáculos que enfrentamos los pacientes y nuestro entorno ante el diagnóstico de una de estas enfermedades”. Entre otros, desde las organizaciones de pacientes enumeraron los siguientes cinco:
“El cumplimiento del tratamiento como lo indicó el médico tratante es tan importante como el diagnóstico temprano. De nada sirve contar con la mejor medicación en Argentina si no llega al paciente que la necesita o si le llega, pero no puede seguir el tratamiento como corresponde por aspectos que van más allá de lo estrictamente médico. En ALMA, entre 2022 y lo que va de 2023 nos han contactado más de 50 pacientes con inconvenientes de acceso”, subrayó Fernando Piotrowski.
“En el caso del Mieloma Múltiple, encontramos demoras en la entrega de medicación, principalmente en el sistema público (Incluir Salud) y también en IOMA y PAMI. En el caso de este último, hay enormes dificultades para acceder a medicación que el PAMI no incluye en su vademécum, pese a ser parte de tratamientos básicos de esta enfermedad. Lamentablemente, en casi todos los casos, sólo se logra la provisión interponiendo recursos de amparo. También, muchas veces, es un problema la realización de análisis específicos por no contar, en algunos distritos, con laboratorios que presten servicios a PAMI para derivar muestras”, explicó Mariana Auad, Vicepresidente y Coordinadora General de la Fundación Argentina de Mieloma (FAM).
Haydée González, Presidente de ACLA (Asociación Civil Linfomas Argentina), agregó que desde su organización reciben “múltiples reclamos también vinculados a demoras en el acceso a turnos para la realización de estudios para poder llegar a los diagnósticos y dar comienzo al tratamiento. Eso dificulta el seguimiento adecuado del cuadro de cada paciente, lo que definitivamente puede impactar negativamente en su tratamiento, independientemente de que esté recibiendo la medicación con o sin obstáculos”.
Para sobrellevar los desafíos mencionados, las tres instituciones remarcaron que es importante contar con un sistema de apoyo sólido, que incluya a los profesionales de la salud, familiares, amigos y organizaciones de pacientes, para ayudar a las personas con cáncer a hacer frente a estos desafíos y mejorar su calidad de vida durante y después del tratamiento.
Las tres organizaciones, que conforman la Alianza Cáncer de la Sangre Argentina (ACSA) están llevando adelante un relevamiento en pacientes oncohematológicos para poder mapear el recorrido del paciente: diagnóstico, tratamiento, prestador, tiempos y relación médico-paciente, entre otros aspectos, para detectar necesidades y poder trabajar en el diseño de programas orientados a satisfacerlas. Esperan presentar los resultados en el próximo Congreso de la Sociedad Argentina de Hematología en noviembre de este año.