La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia. Si bien es conocida por la pérdida de memoria en personas mayores de 65 años, en sus inicios puede manifestarse de otras maneras, con cambios en el pensamiento y el razonamiento de una forma que afecta la vida y las actividades diarias de quienes la padecen.
Mientras avanzan en el mundo estudios sobre diversos tratamientos farmacológicos, los enfoques actuales para tratar el Alzheimer se centran en ayudar a las personas a mantener la función mental, tratar el proceso de la enfermedad subyacente y controlar los síntomas conductuales. Y durante este proceso, se hace de gran relevancia la figura de los cuidadores, que pueden ser uno o varios familiares, o bien personas ajenas al círculo íntimo.
Con el paso del tiempo, las personas con este tipo de demencia necesitarán cada vez más ayuda con tareas sencillas y cotidianas, como bañarse, asearse y vestirse. Recibir ayuda para este tipo de actividades puede ser molesto para el paciente. A su vez, para muchas familias, cuidar a una persona con demencia no es el trabajo de una sola persona, sino que es la función de muchos que comparten tareas y responsabilidades.
“Cuidar de una persona con Alzheimer puede tener costos físicos, emocionales y financieros significativos. Las demandas del cuidado diario, los cambios en los roles familiares y las decisiones sobre la ayuda al paciente pueden ser difíciles. Informarse bien sobre la enfermedad y aprender sobre sus diversas etapas, sus desafíos y acerca de cómo lidiar con ciertos comportamientos es de gran utilidad. Buenas habilidades de afrontamiento, una sólida red de apoyo y cuidado de relevo también ayudan a los cuidadores a manejar el estrés de cuidar a un ser querido con Alzheimer”, explica el Dr. Simón Fernández Nievas, médico especialista en clínica médica (MN 103576) y Director Médico de En Casa, organización con más de 30 años de experiencia en soluciones de salud en el hogar e internaciones domiciliarias.
Entre los consejos para los cuidadores a cargo, se pueden enumerar:
“Como cuidador o familiar de una persona con Alzheimer o con alguna demencia relacionada, se pueden tomar ciertas medidas para que el hogar sea más seguro. La eliminación de peligros y la inclusión de dispositivos de seguridad ayudan a que la persona tenga más libertad de desplazarse de forma independiente y minimizar riesgos de accidentes”, comenta el Dr. Fernández Nievas.
Qué cambios tener en cuenta:
“El Alzheimer es una enfermedad progresiva. Si bien en sus primeras etapas la pérdida de memoria es leve, en una etapa avanzada, las personas pierden la capacidad de mantener una conversación y responder al entorno. La comunicación, entonces, se vuelve difícil. En algunos tipos de demencia, las habilidades del lenguaje resultan afectadas, por lo que los pacientes pueden tener problemas para encontrar la palabra correcta o para hablar. Para evitar la frustración de quien lo acompaña es importante comprender que la enfermedad está causando este cambio en las habilidades de comunicación y considerar algunas herramientas útiles que ayudan”, explica Fernández Nievas.
Entre los consejos para poder entablar una mejor comunicación con un paciente con Alzheimer, se destacan: