(Gaceta médica) Un análisis de sangre para determinar los niveles de la proteína IP-10 podría servir como herramienta clave para el diagnóstico de pacientes recién infectados de VIH
que aun no han generado anticuerpos contra el virus, así como para la detección del fallo terapéutico en pacientes bajo tratamiento antirretroviral.
Dos estudios llevados a cabo por Investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el Instituto de Investigación del Sida IrsoCaixa y el Centro de Investigación en Salud de Manhica indican que el análisis de IP-10 reduciría el número de pruebas costosas necesarias para confirmar los casos de infección reciente (o aquellos en los que los fármacos fallan), facilitando el diagnóstico y seguimiento del tratamiento en países de bajos recursos.
En el primer estudio, los autores buscaron una herramienta que sirviera para identificar individuos con infección aguda por el VIH en lugares de pocos recursos.
Para ello analizaron a las personas que no tenían anticuerpos contra el VIH que se presentaban con fiebre en el Hospital de Manhiça (Mozambique) y descubrieron que la proteína IP-10 tiene un alto valor predictivo: el 95,5% de los individuos cuyos niveles de IP-10 eran elevados, se encontraban en la fase aguda de la infección por VIH.
“Este test no sustituye el test de carga viral”, ha explicado la coordinadora de ambos estudios, Denise Naniche, ya que la idea es que en un área de alta incidencia de infecciones, el análisis de IP-10 seleccionaría a qué individuos seronegativos se les hace el test de carga viral.
Según el estudio, el análisis de coste-beneficio muestra que un test rápido basado en IP-10 podría evitar entre 21 y 84 nuevas infecciones y ahorrarle al sistema de salud entre 176.609 y 533.467 dólares por cada 1.000 pacientes examinados.
Tras estos resultados, los investigadores quisieron saber si los niveles de esta proteína en sangre podían usarse como indicador de carga viral detectable en pacientes tratados y realizaron un segundo estudio con 300 pacientes bajo tratamiento del Hospital de Manhiça.
Los resultados muestran que los niveles de IP-10 fueron significativamente más elevados en el 92% de pacientes con carga viral detectable, lo que significa que la proteína también sería una herramienta sencilla y asequible para ayudar a detectar casos en los que el tratamiento está fallando.