Un informe del organismo laboral mundial tripartito difundido ayer reseñó que de forma diaria fallecen 6.300 personas como consecuencia de accidentes o enfermedades relacionadas con el empleo –más de 2,3 millones por año- y que ocurren más de 337 millones de accidentes laborales que, por causas lógicas, provocan ausentismo.
“El costo de esta adversidad diaria es enorme, y la carga económica de las malas prácticas de seguridad y salud se estima en un 4 por ciento del Producto Interior Bruto global anual”, afirmó.
De allí que el gobierno argentino acaba de aprobar dos convenios de la OIT sobre seguridad y salud laboral, informó el organismo.
Se trata de los convenios 155 sobre “Seguridad y Salud de los Trabajadores”, (de 1981), y el 187 de “Marco Promocional para la Seguridad y Salud en el Trabajo”, (de 2006), informó ayer la Oficina de Prensa en Buenos Aires del organismo internacional.
Los convenios fueron aprobados a través de las leyes 26.693 y 26.694, respectivamente, publicadas en el Boletín Oficial.
La Argentina se comprometió, a partir de las normas sancionadas, a poner en práctica y reexaminar de forma periódica una política nacional coherente en materia de seguridad y salud de los trabajadores y medio ambiente laboral, y a promover la mejora continua de la seguridad y salud en el empleo.
“Ello procura prevenir las lesiones, enfermedades y muertes ocasionadas por el trabajo”, aseguró la OIT.
La aprobación de ambos convenios representa “un avance significativo en la protección de la seguridad y salud de los trabajadores”, concluyó la Oficina Buenos Aires de la OIT.
La Argentina deberá ahora presentar las normas sancionadas en Ginebra, Suiza, para su ratificación e incorporación a la lista de naciones que adaptaron su legislación a aquellos convenios.
La OIT sostuvo que “las condiciones de seguridad y salud laboral difieren entre los países, sectores económicos y grupos sociales” y argumentó que “las naciones en desarrollo pagan un precio en especial elevado en muertes y lesiones, ya que un gran número de personas están empleadas en actividades peligrosas”.
Ellas son la agricultura, la pesca y la minería y, los pobres y menos protegidos -mujeres, niños y migrantes -son los más afectados, sostuvo el organismo laboral en un informe.
El Programa de Seguridad y Salud en el Trabajo y Medio Ambiente de la OIT (SafeWork) procura crear conciencia mundial sobre la magnitud y consecuencias de los accidentes, lesiones y enfermedades relacionadas con el trabajo y, su meta, apunta a colocar la salud y seguridad en la agenda internacional y a estimular y apoyar la acción práctica en todos los niveles.
“El trabajo decente es seguro. Las normas de la OIT sobre seguridad y salud en el empleo proporcionan instrumentos esenciales para que gobiernos, empleadores y trabajadores instauren una sólida prevención del uso de la información y de las prácticas de inspección, y prevean máxima seguridad”, subrayó.
La OIT adoptó más de 40 normas sobre seguridad y salud laboral y, casi la mitad de esos instrumentos, se refiere directa o indirectamente a temas vinculados con esa problemática.
Los repertorios de recomendaciones prácticas del organismo determinan directrices prácticas para las autoridades públicas, empleadores, trabajadores, empresas y organismos especializados de protección de la seguridad y la salud en el trabajo.
No son instrumentos legalmente vinculantes y no procuran sustituir a las disposiciones de la legislación nacional, como así tampoco a las normas aceptadas, en tanto aportan directrices sobre la seguridad y la salud laboral en algunos sectores económicos, sobre protección de trabajadores contra determinados peligros y respecto de algunas medidas de seguridad y salud, indicó la OIT.