El 45 por ciento de los adultos tiene sobrepeso, el 41 por ciento es sedentario y el 23 por ciento fuma. Los datos corresponden a un sondeo sobre 26.470 personas encuestadas en las carpas sanitarias que el ministerio de Salud de la Provincia instaló en siete municipios bonaerenses durante el año 2012.
Esos tres factores de riesgo disminuyen la resistencia y la fuerza, enlentecen el sistema circulatorio, obstruyen las arterias y todo esto retrasa la llegada de oxígeno a los músculos y tejidos. En consecuencia, “el riesgo de sufrir un accidente cerebro vascular (ACV), un infarto u otro problema cardiovascular aumenta peligrosamente”, explicó ayer el ministro de Salud de la Provincia, Alejandro Collia, en la apertura de las carpa sanitaria instalada en la plaza España de Mar del Plata.
Durante el último año, la cartera sanitaria montó estas carpas para hacer prevención, controles de salud y ofrecer asesoramiento en los municipios de Florencio Varela, Vicente López, San Fernando, Pilar y Moreno, además de Mar del Playa y Santa Teresita en la costa. A los más de 26.000 concurrentes se les hicieron preguntas sobre sus hábitos, se los pesó, midió, se les tomó la presión arterial y el nivel de glucemia en sangre.
“Durante este verano nuestras carpas estarán en la Plaza España de Mar del Plata y en la de los Artesanos en Miramar, con personal de salud especialmente capacitado para ofrecer consejería e información gráfica”, explicó el director provincial de Atención Primaria, Luis Crovetto, e invitó a los turistas a acercarse.
Los deportólogos calculan que si se invierte 1 dólar en la promoción de la actividad física regular, al cabo de tres años se ahorran 3 dólares por persona que empieza a moverse. De lo contrario, se gastan en fármacos, internaciones y ausentismo laboral.
NO HAY COMO MOVERSE
“Hay gente que cree que con ir a pie al trabajo, hacer tareas domésticas o levantar peso en su trabajo ya es suficiente, sin embargo estas son actividades de baja intensidad, insuficientes para mantenerse sano”, dijo el deportólogo Alberto Ricart, de la dirección de Patologías Prevalentes del ministerio de Salud.
En sus orígenes, el hombre debía cazar animales, recolectar frutos, construir su guarida y huir de todo tipo de peligros. El cuerpo estaba en constante movimiento. Hoy, en cambio, abrimos la heladera y nos sentamos horas frente a la pantalla de la computadora.
Por eso, al movimiento cotidiano hay que agregarle, como mínimo, 40 minutos diarios de ejercicios aeróbicos y de fuerza: esto ayuda a bajar de peso, cuidar las arterias y el corazón, mantener la musculatura en forma y oxigenar los tejidos. Al mismo tiempo, mientras se está en actividad se liberan endorfinas, una sustancia que se genera en el cerebro y que se relaciona con la sensación de placer.
Ricart dijo que la actividad física regular es comparable con la alimentación: uno come todos lo días y debe moverse todos los días. “Si hay sobrepeso es necesario asesorarse con un nutricionista y este momento del año es ideal para iniciar una dieta reducida en calorías, porque el calor genera mayor predisposición a comer más frutas y verduras en detrimento de las grasas saturadas y dulces”, dijo la nutricionista Laura Sansalone, de la dirección provincial de Atención Primaria.