Ya en otoño, y de cara al invierno, es importante fortalecer el sistema inmunológico y reforzar sus defensas para protegerse del ataque de agentes externos frecuentes en estas épocas estacionales (virus, hongos y bacterias) o internos que puedan alterar la salud.
Para ello, se recomienda mantener los cuidados a los que ya la población está habituada por los cuidados contra el COVID-19, tales como lavarse las manos de forma adecuada y frecuente; evitar los lugares con aglomeraciones y ventilar las habitaciones al menos 1 vez al día.
Además, es fundamental tener una alimentación equilibrada y saludable, privilegiando una dieta rica en frutas, sobre todo cítricos y verduras, granos enteros, frutos secos y grasas saludables, que se encuentran en alimentos como pescados grasos y aceite de oliva.
Otro aspecto importante es realizar deporte al menos tres días a la semana. El ejercicio ayuda a eliminar bacterias de los pulmones y vías respiratorias, lo que podría reducir la probabilidad de contraer un resfriado, gripe u otras enfermedades. Mantener el cuerpo en movimiento hace que los anticuerpos y glóbulos blancos del cuerpo circulen con mayor rapidez, y disminuye la liberación de cortisol, también fortaleciendo las defensas. La actividad física también ayuda a bajar los niveles de estrés, aunque también esto se logra realizando alguna otra actividad que haga que la persona se sienta a gusto.
Otra recomendación para fortalecer el sistema inmune es llevar un descanso adecuado y dormir las horas suficientes para tener un sueño reparador. El sueño es uno de los reforzadores naturales del sistema inmune más efectivos y fáciles de conseguir, ¡solo necesitamos dormir! Cuando se priva al cuerpo de un sueño de calidad, éste produce hormonas de estrés como cortisol para mantenerse despierto y alerta, lo que debilita el sistema inmune, favoreciendo resfriados e infecciones respiratorias.
Finalmente, para los días fríos se aconseja cubrir boca y nariz para entibiar el aire y no generar daño en la mucosa de la garganta porque esa zona regula la temperatura que entra a las vías respiratorias.