(Infobae) 39 millones de personas en el mundo murieron a causa de esta enfermedad y 37,9 millones viven día a día con VIH. Mientras el 79% sabe que es seropositivo, el resto lo desconoce y solo 3 de cada 5 personas reciben terapia antirretroviral. Solo el 53% tiene niveles indetectables del virus, según estimaciones de ONUSIDA.
El 1 de diciembre se celebró el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA. En 1983, el equipo del Instituto Pasteur de París dirigido por Françoise Barré-Sinoussi, Jean-Claude Chermann y Luc Montagnier anunció el descubrimiento del lymphadenopathy-associated virus (virus asociado a la linfoadenopatía, LAV), que luego se conoció como Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Hoy en día, 36 años después, continúa la búsqueda constante para erradicar la epidemia. Para Martin Hojman, asesor infectológico de Coordinación VIH ITS y salud sexual de CABA y médico del Hospital General de Agudos “Bernardino Rivadavia”, “si bien es muy importante el camino recorrido, será imposible terminar con la epidemia sin garantizar el acceso adecuado al sistema de salud a todos aquellos que lo necesiten para proporcionar el tratamiento”.
Esta fecha ofrece una oportunidad para celebrar y respaldar los esfuerzos mundiales para prevenir nuevas infecciones por el VIH, ampliar la concientización respecto a la importancia del uso del preservativo y los conocimientos sobre ese virus y apoyar a las personas que viven con el virus. El progreso en materia de prevención y tratamiento de la infección por el VIH ha sido extraordinario, ya que existen en la actualidad medicamentos para combatirla que ayudan a las personas seropositivas a tener una vida larga y saludable y prevenir la transmisión del virus, precisó el doctor Hojman y agregó “además existen métodos eficaces de prevención la clave y el acento está en concientización y en luchar contra la discriminación de esta afección”.
Según datos publicados en el Boletín sobre VIH, SIDA e ITS de la Dirección de Sida, ETS, Hepatitis y TBC, Secretaría de Gobierno de Salud de 2018, en Argentina hay aproximadamente 129.000 personas con VIH, el 20% de las cuales desconoce su diagnóstico. La ley vigente es la 23.798, sancionada el 16 de agosto de 1990 y declara “de interés nacional a la lucha contra el SIDA, incluyendo la detección e investigación del VIH”.
El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH o HIV, por sus siglas en inglés) afecta el sistema de defensas del organismo, llamado sistema inmunológico. Una vez debilitado por el VIH, el sistema de defensas permite la aparición de enfermedades. Esta etapa avanzada de la infección por VIH es la que se denomina Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (SIDA), un conjunto de síntomas (síndrome) que aparece por una insuficiencia del sistema inmune (inmunodeficiencia) causada por un virus que se transmite de persona a persona (adquirida).
Campaña ONU 90-90-90
Este ambicioso objetivo busca poner un fin a la epidemia. En la declaración política sobre la finalización del VIH de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) del año 2016 subrayaron que “se hace necesario un objetivo para escribir el último capítulo de la epidemia de sida, promover la responsabilidad y unir a las distintas partes interesadas en un esfuerzo común. Mientras que los anteriores objetivos en materia de sida buscaban conseguir un incremento gradual en la respuesta, la meta después de 2015 es nada menos que el fin de la epidemia de sida para el año 2030”.
Las tres metas
La importancia de la concientización
Según el doctor Hojman,“lo más importante es concientizar, ya que la prevención para evitar la transmisión es fundamental, incluyendo la Educación Sexual Integral (ESI), hablar con nuestros jóvenes sobre el uso de preservativo”. Según el médico infectólogo del Hospital General de Agudos “Bernardino Rivadavia, “todavía hay mucho estigma y discriminación, ya que por ejemplo continúan habiendo discriminación con respecto a la contratación de personas viviendo con el virus, entre otras cosas”.
Las cifras muestran un incremento en el número de personas que se testean: entre 2012 y 2018 se realizaron 799.392 pruebas de VIH en los laboratorios del sistema público de la Ciudad de Buenos Aires con 14.307 diagnósticos positivos confirmados. En los centros de testeo especializados (CePAD) el número de pruebas ascendió de 10.431 en 2012 y a 20 311 en 2017. Entre 2015 y 2018 se realizaron 6546 pruebas rápidas en campañas en espacio público donde la prevalencia global de resultados positivos fue del 1,4%.
Sin embargo, a pesar de haberse intensificado el testeo en la ciudad, hay gente tiene el virus pero no lo sabe, “a pesar de que hay tests gratuitos en todos los hospitales y centros de salud de la ciudad, y ni siquiera se requiere ya orden médica para realizarlo”, apuntó el médico.
Según el especialista en enfermedades infecciosas, “muchas veces el temor o la negación hacen que la gente prefiera no saber”. Hojman advirtió que “lo que debería ser de conocimiento más general es que hoy el virus se trata y se controla, con esquemas de tratamiento que son amigables”.
Las personas que viven con el VIH que alcanzan carga viral indetectable -el objetivo del tratamiento- no transmiten el virus, por lo que saber y medicarse es también cuidar a los demás. “Siempre es mejor saber”, sintetizó el médico infectólogo del Hospital General de Agudos “Bernardino Rivadavia”.
“Es muy importante que el tema del VIH se instale en la sociedad, que se se conozca más y que se tenga en cuenta desde las políticas públicas e iniciativas de ONG’s, y privados. Los medios de comunicación son fundamentales para expandir estos conceptos”, manifestó.
En CABA, según datos presentados en el Congreso de la Sociedad Argentina de Infectología este año en Tucumán, el 62% de los pacientes con VIH que están medicadas, tienen carga viral indetectable. “Todavía estamos lejos de los objetivos de la OMS, la medicación está disponible en los hospitales, y la adherencia a la misma -adherencia significa tomar la medicación en tiempo y forma- es fundamental para alcanzar el objetivo de la indetectabilidad”, explicó Hojman.
Existen aun problemas que impiden que logremos estos objetivos y están relacionados desde las dificultades que cada persona pueda tener para cumplir con las indicaciones médicas hasta el acceso a veces problemático a los centros de atención, incluidas las tardanzas para conseguir turnos en algunos casos, algunas faltas de medicaciones que ocurrieron este año, eventuales dificultades para acceder a tests de laboratorios”, explicó Hojman, al mismo tiempo que advirtió que “todo eso conspira contra la adherencia.