Diagnóstico Maipú, junto a la Federación Argentina de Cardiología, realizaron una campaña con motivo de generar mayor conciencia acerca de la problemática del estrés en los niños, con especial foco en cómo puede potenciar las enfermedades cardiovasculares cuando sean adultos.

El estrés infantil consiste en un conjunto de reacciones del organismo a nivel biológico y psicológico frente a ciertas situaciones que el niño no llega a controlar y/o comprender. Genera un desequilibrio que puede perdurar en el tiempo y predisponer a la aparición de síntomas o diversas patologías.

Es habitual que se presenten distintas situaciones estresantes en la niñez. Lo que es importante es que estas no perduren en el tiempo ya que, mientras que para un adulto pueden ser manejables, en un niño que todavía no cuenta con todas las herramientas necesarias para hacerle frente pueden resultar dañinas.

Ocuparnos, identificar y pesquizar con la ayuda de un profesional cualquier síntoma que de cuenta de esta patología: observar sus dibujos, su conducta, la modalidad de su sueño, si está demasiado cansado o hiperactivo, cambios de humor o comportamiento repentinos. Estar atento y consultar a un profesional es concluyente a la hora de tratar el estrés infantil que en muchos casos se soslaya su impacto e importancia.” aseguró el Dr. Adrián D´Ovidio, Presidente de la Federación Argentina de Cardiología.

Según el Dr. Alejandro Deviggiano, Coordinador del Departamento de Estudios Cardiovasculares no Invasivos de Diagnóstico Maipú: el estrés no solo puede traer consecuencias negativas en la salud durante la niñez como; hipertensión arterial, dolores de cabeza, trastornos del sueño y agotamiento físico, sino que también puede producir un aumento del riesgo cardiovascular y de diabetes cuando la persona es adulta.

En este sentido, una investigación publicada en el Journal of The American College of Cardiology confirmó que los niños que fueron sometidos a situaciones de estrés durante su infancia tendrán mayor riesgo cardiovascular y de diabetes.

Para la llevar a cabo el estudio, investigadores de Harvard siguieron durante 45 años a 7.000 personas nacidas en una misma semana en Gran Bretaña en el año 1958, con el fin de evaluar el desarrollo de alteraciones mentales y de su enfermedad cardíaca. Estas personas fueron chequeadas a los 7, 11, 16, 23, 33 y 42 años, ocasiones en las que les preguntaron por situaciones estresantes que habían enfrentado, además de diversos estudios relacionados con su salud mental.

Pasados los 45 años les hicieron, además, numerosos estudios para evaluar su salud cardíaca. Con los datos obtenidos se creó una puntuación con el fin de indicar el riesgo de enfermedad cardíaca y de diabetes, conocida como puntuación de riesgo cardiometabólico.

De este modo, identificaron que los trastornos psicológicos ocurridos en la infancia, incluso cuando estos mejoraron en la edad adulta, se asociaron con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes.

Lo más importante de iniciativas como éstas, es que ayudan a concientizar en un tema tan importante. Desde FAC, creemos que es clave ser concientes de las señales que nos puede dar un niño estresado. Ocuparnos, identificar y pesquizar con la ayuda de un profesional cualquier síntoma que de cuenta de esta patología: observar sus dibujos, su conducta, la modalidad de su sueño, si está demasiado cansado o hiperactivo, cambios de humor o comportamiento repentinos. Estar atento y consultar a un profesional es concluyente a la hora de tratar el estrés infantil que en muchos casos se soslaya su impacto e importancia, consignó el Dr. Adrián D´Ovidio, Presidente de la Federación Argentina de Cardiología.