(MaterCell) En la actualidad, la primera asociación entre células madre y medicina está vinculada mayormente a enfermedades de la sangre que requieren de un trasplante y que aparecen, por lo general, en los primeros años de vida. Pero los avances científicos están abriendo un enorme campo de oportunidades en lo que se conoce como medicina regenerativa, un abordaje en el que las células madre son el insumo básico.
MaterCell fue el primer banco de uso familiar en comenzar a ofrecer el servicio en la Argentina y América latina hace 18 años. Pasaron menos de dos décadas y los cambios son enormes: pensar que las células madre podrían ser útiles para el tratamiento de la parálisis cerebral o del autismo era ciencia ficción y hoy es realidad cercana basada en evidencia.
Esto explica también el aumento en la tasa de uso. Hace 18 años era de 1 en 40.000, es decir, de cada 40.000 muestras guardadas, sólo una familia la usaría. Hoy, esa tasa se incrementó a 1 en 2.500 lo que refleja que se encontraron más utilidades y entonces más médicos las solicitan para los tratamientos. Y las estimaciones hablan de una tasa de uso de 1 en 70 para dentro de 10 años.
Desde el inicio de operaciones, 20 familias han utilizado las muestras almacenadas en MaterCell tanto para uso clínico como experimental en contexto de protocolos internacionales, aprobados en sus respectivos países. Esto representa una tasa de uso de 1:2.500, estadística acorde a la reportada a nivel internacional. Sólo en 2020, el banco pionero envió 2 muestras para participar de un protocolo en hipoxia perinatal y otra en artrosis.
Hoy ya existen resultados alentadores y en fases avanzadas, para el tratamiento de diabetes tipo 1, lesiones de médula espinal, autismo, parálisis cerebral; en todos los casos la aplicación de células madre demostró ser segura y la probabilidad de mejora fue significativa.
¿Quién no conoce un adolescente o joven adulto deportista que se haya lesionado y quedado fuera del ámbito competitivo por falta de entrenamiento y una demorada recuperación? En el futuro y según cómo viene evolucionando la investigación científica y clínica, si esa persona cuenta con sus células madre de cordón guardadas podrá acceder a un tratamiento simple que acortará el tiempo de recuperación y las posibles complicaciones.
Esto no es futurología; es realidad y proyección basada en las investigaciones actuales y habla del enorme legado que reciben para su vida joven y adulta los hijos e hijas que tienen sus células madre guardadas.