Cada 29 de octubre se conmemora en todo el mundo el Día Mundial del ACV. Fleni, con la realización de los estudios SIFHON, EstEPA y de Evitabilidad del ACV, tiene como objetivo generar datos epidemiológicos confiables sobre cuántas personas viven con secuelas de un ACV, cuántos ACV se producen por año y cuánta gente muere por ACV. Esta actividad de investigación es parte de su rol de educar a la sociedad en la prevención y también continuar en la búsqueda de la excelencia en el tratamiento. “Los estudios son esenciales tanto para tener datos confiables como para planificar políticas de salud, saber cuál es la importancia real de la enfermedad y, obviamente, trabajar mejor y educar a la población y a los médicos sobre la prevención y el tratamiento”, destaca el Dr. Sebastián Ameriso, jefe del departamento de Neurología y jefe del Centro Integral de Neurología Vascular de Fleni.
El SIFHON (Situación del Ictus Fundamentada en encuestas de Hogares Nacionales) es un programa que tiene como objetivo evaluar el grado de conocimiento de la población sobre la enfermedad cerebrovascular, prevalencia de los principales factores de riesgo y hábitos saludables y se realiza desde 2015 hasta la actualidad. Entre sus últimos hallazgos recogidos a través de una encuesta cuya población se dividió en dos grupos (un grupo de prevención primaria, con el antecedente de al menos un factor de riesgo cardiovascular como hipertensión, diabetes, sobrepeso u obesidad y/o dislipemia y el grupo de prevención secundaria, con historia de ACV y/o Infarto Agudo de Miocardio (IAM) sumado al antecedente de al menos un factor de riesgo cardiovascular, respecto de la adherencia al tratamiento de los pacientes, se descubrió que:
El estudio EstEPA (Estudio Epidemiológico Poblacional sobre Accidentes Cerebrovasculares) es único en su tipo en América latina: evaluó durante seis años la prevalencia, incidencia, carga de enfermedad y mortalidad del ACV en nuestro país. Fue realizado en forma articulada entre Fleni, FINEP, ADERID y la Municipalidad de General Villegas a través del Hospital y de la Dirección de Educación, UNNOBA y del Círculo Médico de General Villegas.
Entre los resultados destacados de la investigación, se confirmó a la hipertensión como el principal factor de riesgo cerebrovascular (asociada en el 88% de los casos), la alta frecuencia de las apneas obstructivas del sueño en pacientes con ACV (51%) y las dislipidemias (46%), que consisten en niveles muy elevados de colesterol o lípidos en la sangre.
“En Argentina. el 2% de la población mayor de 40 años vive con secuelas de un ACV previo, lo que representa más de 340 mil personas. Además, cada año se producen entre 50.000 y 60.000 nuevos casos”, indicó el doctor Ameriso. Estos datos provienen de las proyecciones a nivel nacional de los datos del EstEPA.
Los resultados preliminares del estudio sobre “Evitabilidad del ACV” (cuántos de los ACV podrían haber sido evitables), creado para evaluar la prevalencia de factores de riesgo vascular no optimizados en una serie de pacientes con ACV isquémicos agudos atendidos en Fleni y estimar el grado de evitabilidad de estos, muestran que 82% de los pacientes presentaba algún grado de evitabilidad de su ACV. Los factores de riesgo vascular peor optimizados fueron la hipertensión arterial, la dislipidemia y la obesidad.
“Creemos que teniendo en cuenta que el 90% de la carga global de ACV es atribuible a factores de riesgo vascular modificables, la optimización del control de estos −tanto en el contexto de la prevención primaria como secundaria−, debería ser prioritaria para los profesionales y los sistemas de salud, ya que logrando un adecuado tratamiento de los mismos podríamos evitar en gran parte la enfermedad cerebrovascular”, afirma la Dra. Virginia Pujol Lereis, Subjefa del Servicio de Neurología Vascular de Fleni. “Es necesario disminuir la brecha existente entre las guías de tratamiento y los resultados obtenidos en la vida real, con esfuerzos provenientes de los ámbitos de prevención primaria y secundaria. Debemos ampliar nuestro concepto de ‘ventana de tratamiento’ del ACV más allá del evento agudo y considerar también las oportunidades de intervención que se presentan en cada contacto ambulatorio”, agrega la Dra. Pujol Lereis.