(Exame Magazine) La depresión y el trastorno de ansiedad son parte de una especie de epidemia global y afectan fuertemente a las economías. Se estima que 1 billón de dólares se pierde en productividad cada año debido a ambas enfermedades.
En Brasil, la Organización Mundial de la Salud calculó que el 6% de la población sufre de depresión, mientras que el 9% tiene algún trastorno de ansiedad. Los números corresponden a tres veces el promedio global. Aun así, pocas empresas brasileñas han creado medidas para mitigar la aparición de estos problemas.
Un estudio realizado por el consultor estadounidense Mercar Marsh, realizado en 11 países de América Latina, señala que solo el 21% de las empresas brasileñas mantienen políticas o programas para cuidar la salud mental de los empleados. En la región, tres países superan este porcentaje: Colombia (45%), Puerto Rico (35%) y México (22%). La mayoría de las empresas todavía están enfocadas en hacer lo básico para identificar problemas: el enfoque está en evaluaciones psicológicas obligatorias por ley realizadas en procesos de selección de personal.
Las medidas preventivas, como los informes periódicos (5%), siguen siendo poco frecuentes. “De cada diez certificados de licencia médica, cinco están relacionados con enfermedades psicoemocionales.
Aun así, las empresas que se ocupan de la salud mental de los empleados son minoritarias “, dice Antonietta Medeiros.