Juan Manuel Santa María, director de consultoría de Argentina y el Cono Sur de IMS Health quien habló sobre el nuevo entorno de la comercialización de medicamentos y sus implicancias en el acceso al tratamiento, en el marco de la jornada “Desafíos para el farmacéutico en el manejo de las nuevas tecnologías en salud”. La misma fue organizada por Novartis Argentina; la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) y el Foro para el Desarrollo de las Ciencias.
Resaltó que el consumo de medicamentos a nivel global ha crecido en los últimos años de manera constante. Hay un gasto en la actualidad de 900 mil millones de dólares, con una tasa de crecimiento de casi el 3% el último año. “Brasil, China, India y Rusia son los países considerados impulsores de este crecimiento”.
Santa María explicó que cuesta tanto sacar un nuevo producto al mercado que el número de pacientes potenciales para nuevos fármacos es muy bajo en relación a la inversión que se hace. De todas formas, hoy en día se recuperó el ritmo de aprobación por parte de la FDA, por ejemplo. “Cada vez hay más nuevas moléculas para la atención especializada, principios activos destinados a enfermedades muy específicas. Además, hay elevados lanzamientos de productos de origen biológico que cada día tienen producción mayor si lo comparamos con productos de síntesis química”.
La producción de biotecnológicos se está concentrando en enfermedades cardiovasculares, enfermedades del sistema inmune, y oncología. La oncología está jugando un papel central para los procesos de investigación y desarrollo de la industria farmacéutica.
“Los fármacos biotecnológicos crecen en su consumo a un ritmo muy superior al común del resto de los medicamentos registrando un avance del 8% anual. Esto trae un problema adicional y es el definir quién paga ese medicamento, ya que son muy caros. El valor que tienen y la consecuente caída de algunas patentes llevan a que surjan copias de biológicos. Hay mucha bibliografía que dicen que no pueden ser copiados, de todas formas todo lo que es la biosimilaridad es un tema que está en discusión”.
“En todo este panorama el desafío del farmacéutico es tratar de recuperar el papel de servicio que tiene su profesión, porque en la actualidad no se los tiene en cuenta en todo este proceso”, hizo hincapié Santa María.
“A pesar de todo quiero resaltar que el último eslabón de la cadena tiene varias oportunidades como son: educar al paciente, fidelizar un tratamiento; entrenar al paciente sobre el modo de aplicación; realizar talleres temáticos con sociedades de pacientes; e incentivar la adherencia al tratamiento. Además, la farmacia puede ser parte de acciones tendientes a concientizar sobre el diagnóstico temprano, que en muchas enfermedades es fundamental”.