Mañana, a las 11, en el Auditorio del Hospital Garrahan se celebrará el 25º Aniversario del primer trasplante hepático en la historia de la medicina pública argentina. La cirugía la realizó el entonces recién conformado servicio de Trasplante Hepático de la institución, a cargo de Óscar Imventarza. Hoy se llevan realizados 766 cirugías de este tipo en el Hospital, una cifra que equipara a la institución pediátrica con los mejores centros médicos del mundo.
La celebración de este hito de la medicina pública en el país contará con la participación del presidente del Consejo de Administración, Carlos Kambourian, y demás autoridades del Hospital Garrahan. Pero sobre todo se tratará de un agasajo para los chicos y chicas que fueron trasplantados en el Hospital y que estarán presentes para compartir sus historias y fomentar la donación de órganos en una fecha tan significativa.
Trasplante Hepático: un antes y después
Oscar Imventarza vivía en Estados Unidos cuando el doctor O’donnell, uno de los fundadores de la institución, le ofreció en 1991 hacer trasplante hepático en un hospital público. Entonces sólo el Hospital Italiano hacía este tipo de intervenciones en adultos y comenzaba a implementarlas en pediatría únicamente para los que contaban con cobertura social.
Guillermo Brandan (35) tenía cinco años cuando le diagnosticaron Hepatitis Crónica Autoinmune en el Hospital de Clínicas. Sufría síntomas tales como retención de líquidos, desgano, dolores en las piernas y el cuerpo, sensación de estar con fiebre. Una noche no aguantó más y lo llevaron a una clínica en San Miguel y de allí lo derivaron al Garrahan.
“Entré por guardia, eran como las 12 de la noche, me internaron en observación y después me pasaron a la sala; me controlaba la doctora Mirta Scioca”, la única hepatóloga del hospital en ese momento, revive Brandan junto al hoy jefe del servicio de Trasplante Hepático Oscar Imventarza, el médico que lo trasplantaría meses después.
“Luchamos para hacer el primer trasplante y estuvimos 24 horas en el quirófano”, cuenta Imvertarza, que necesitó un hospital preparado para la alta complejidad a toda hora y la autorización de un juez para poner en práctica todo lo que había aprendido en el exterior.
Para Brandan ser el primer trasplantado hepático del Garrahan significó abrir una puerta: “podría haber sido otro pero me tocó a mí, y gracias a Dios, al entusiasmo de los médicos y la fuerza del hospital, se dio todo perfecto”. Vaya si lo fue: el primer programa de trasplante hepático en un hospital público pediátrico del país, suma hoy 766 trasplantes.
“Cuando Guillermo se fue de alta celebramos como locos. Era un logro importantísimo, un desafío para el hospital, porque el trasplante nos obligó a tener complejidad las 24 horas los 365 días del año”, valora Imventarza, “fuimos trayendo técnicas que no había y que luego otros servicios imitaron porque el hospital ya tenía una estructura capaz de resistir cirugías de alta complejidad”.
También integran el servicio de Trasplante Hepático los cirujanos Marcelo Dip, Esteban Halac, Diego Aredes, Leandro Lauferman, el jefe de clínica Guillermo Cervio y Nancy Azzara, la asistente administrativa desde hace 22 años.