Especialistas en Medicina Respiratoria del Hospital Británico, adhiere a este día recordando que, la lucha contra el tabaquismo, mejorar el diagnóstico precoz y el cuidado de los pacientes, son los mejores objetivos de la estrategia para el control de esta enfermedad.
Todos los años en el mes de noviembre se celebra el Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, EPOC, también conocida como enfisema pulmonar o bronquitis crónica, que representa una de las mayores causas de muerte e incapacidad en el mundo.
La EPOC se caracteriza por la dificultad del paso de aire por los bronquios y provoca habitualmente síntomas como ahogo al caminar (disnea) o al aumentar la actividad física, tos y expectoración. Aparece de forma lenta, por lo que a veces pasa desapercibida y se diagnostica cuando la enfermedad está avanzada, lo cual agrava aún más el problema.
“Es una enfermedad principalmente asociada al consumo de tabaco, así como a la contaminación del aire debido a polvos, gases y vapores de productos químicos”, comenta el Dr. Alejandro Salvado, Jefe de Neumonología del Hospital Británico, y continúa “En este día el objetivo es promover en todo el mundo una más profunda comprensión de la enfermedad y una mejor atención a los pacientes a por medio de una jornada organizada por la Iniciativa Mundial contra la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (GOLD). Durante esta jornada, se realizan toda clase de charlas y actividades para fomentar el conocimiento de esta enfermedad en todo el mundo”, finalizó el especialista.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que la EPOC se habrá convertido en la cuarta causa de muerte en el mundo para el año 2030. En nuestro país, afecta a alrededor de dos millones y medio de argentinos, y cerca de 600 millones de pacientes en todo el planeta.
La OMS señala que para conocer si se padece EPOC, es necesaria una prueba denominada espirometría, que mide el volumen de una espiración efectuada con un máximo esfuerzo y la rapidez con que se espira ese aire.
La EPOC no se cura, pero un tratamiento farmacológico específico sumado a una adecuada rehabilitación respiratoria pueden aliviar los síntomas, mejorar la capacidad de ejercicio y la calidad de vida así como reducir el riesgo de muerte. Dejar de fumar es la condición imprescindible para un tratamiento beneficioso.