El Ejecutivo “no tiene ningún plan de acoso, ni de derribo contra nada”, dijo. Sindicatos, trabajadores y oposición cometen “una irresponsabilidad” cuando “mienten” a los ciudadanos, continuó. “Nadie está privatizando la sanidad, es falso de toda falsedad (…) La sanidad va a seguir siendo universal y gratuita y de la máxima calidad”. Y añadió: “Se trata de mantener en funcionamiento los servicios públicos extraordinarios que se han construido en los años de bonanza” y que ahora corren peligro por la crisis.
Es el único que lo piensa. Los portavoces del Parlamento regional criticaron ayer el inmovilismo del Gobierno, que solo ha rectificado su plan de desmantelar el hospital de la Princesa para convertirlo en un centro para atender a personas mayores.
Se aferra González a que los ciudadanos no deben notar ningún cambio porque sean empresas privadas las que gestionen la sanidad y en que, de acuerdo con el vídeo que sacó el lunes el PP, seguirá siendo suficiente con la tarjeta sanitaria para tener derecho a la asistencia sanitaria (no ya a las recetas, para las que se prevé un copago de un euro). Por eso se niega a llamar privatización a que el servicio lo presten empresas que obtendrán un posible beneficio de esta atención. Sus argumentos no convencieron a los manifestantes ni a los huelguistas.
La protesta fue rotunda en primaria; el apoyo a la huelga estuvo por encima del 90%. Ese es el resultado de la prospección que realizó este periódico en casi una veintena de centros de salud de Madrid, Móstoles, Alcorcón, Fuenlabrada y Torrejón de Ardoz. Los datos hechos públicos por los empleados de los diferentes centros sanitarios se asemejan a los aportados por los sindicatos del ramo.
Por ejemplo, la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM) cifró en un 87% el seguimiento medio del primer día de huelga en los centros de primaria. Este porcentaje se mantuvo ayer con pequeñas variaciones. Por el contrario, la Comunidad de Madrid rebajó el porcentaje de huelguistas al 27,41% en Atención Primaria en el turno de mañana; y del 37,62% por la tarde. Además de la huelga, trabajadores de cerca de más de 150 centros de salud de la Comunidad de Madrid habían realizado durante la noche anterior encierros, bajo el lema Noche Blanca.
Los pacientes, principales perjudicados, oscilaban entre la compresión y la protesta. Por ejemplo, en el centro de salud Rosa Luxemburgo (San Sebastián de los Reyes), solo dos médicos de los 30 trabajadores acudieron a su puesto de trabajo. En el centro se llegaron a crear colas frente al mostrador a pesar de que es el segundo día de huelga. “Es normal que estén luchando por la sanidad. Es la de todos”, decía una señora en la cola. Otros no estaban tan de acuerdo. Y exigían que les atendieran. “Algunos nos apoyan de palabra, pero si les duele algo quieren pasar a consulta”, aseguró un trabajador.