En el marco de una campaña para generar conciencia(el Día Mundial de las Hepatitis Virales se conmemorará el sábado 28), el presidente de la Sociedad Internacional de Hígado, Federico Villamil, informó que alrededor de unos 800.000 argentinos están infectados con hepatitis B o C y unos 240.000 corren el riesgo de desarrollar la enfermedad o de necesitar un trasplante de hígado para seguir viviendo. Lo más grave es que la mayoría de los afectados por la enfermedad aún no lo sabe.
Para el día 28 de julio, la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado (Aaeeh) invitó a un evento público televisado en simultáneo con 200 países. Se llevará a cabo al mediodía en el Planetario de la Ciudad de Buenos Aires. Se busca establecer un récord Guinness de la mayor cantidad de personas unidas en el planeta para concientizar sobre una enfermedad. Durante el evento, el Ministerio de Salud de la Nación aplicará en forma gratuita 100 dosis de vacunas contra la Hepatitis B en una carpa acondicionada.
Las hepatitis B y C se pueden prevenir y, potencialmente, erradicar si se detectan a tiempo y se las trata convenientemente. Además, saber si uno está infectado o no es fácil, basta un simple test sobre una muestra de sangre. El problema es que ambas son enfermedades silenciosas, en el sentido de que no producen síntomas, por lo que su detección debería formar parte de los análisis de rutina, apuntan los especialistas.
Las fuentes de contagio de las hepatitis B y C son: sangre infectada a través de transfusiones, de agujas (drogadicción intravenosa) o de material no descartable o mal esterilizado para tatuajes o acupuntura. También puede contagiarse por vía sexual. Estas hepatitis producen tantas muertes como la tuberculosis o el sida.