(El mundo.es) Cada tres años, la oficina europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) presenta su informe sobre la salud en el Viejo Continente. El que ahora se acaba de publicar, advierte de un envejecimiento de la población, cuyo precio por una longevidad como nunca antes en la historia es un aumento de patologías como el cáncer o las cardiovasculares. En 2050, uno de cada cuatro europeos tendrá más de 65 años (frente al 15% de 2010); aunque este aumento de la esperanza de vida no es homogéneo en todo el continente, ni afecta por igual a hombres y mujeres (ellas viven 80 años de media frente a los 72,5 de los varones). De hecho, como explica a ELMUNDO.es Claudia Stein, coordinadora del documento, la brecha que separa a los países europeos con mayor y menor esperanza de vida ha aumentado en los últimos 30 años. En todos los indicadores, señalan los especialistas, los países de Europa del Este se llevan la peor parte; mientras que España figura como el país más longevo.
El ‘Informe 2012 sobre la salud en Europa’ analiza nada menos que a 900 millones de habitantes en 53 países de toda la región y aunque sus principales conclusiones no son ninguna sorpresa, sí hablan de una tendencia preocupante, que obligará a las autoridades a cuidar de una población más envejecida y víctima de enfermedades crónicas que se prolongan durante varios años (muertes que, por otro lado, no se ven sustituidas por nacimientos debido al estancamiento de la fertilidad).
Aunque el documento se publica cada tres años, Claudia Stein, de la oficina de la OMS en Europa, explica que las últimas estadísticas disponibles en los 53 estados corresponden a 2009-2010, por lo que el informe no refleja de momento cómo puede estar afectando la crisis a la salud de los europeos.
“Sí sabemos, por ejemplo, que el desempleo incrementa el número de suicidios, incluso a corto plazo. Y cambios políticos muy grandes, como el vivido con el desmantelamiento de la URSS, se traducen en un aumento de la mortalidad”, señala esta especialista en Epidemiología. “Por eso es importante monitorizar de cerca la salud de los europeos para saber cómo va a impactar la crisis económica”.
Aunque otras regiones del mundo, como Japón, por ejemplo, han pasado por situaciones de crisis económicas en el pasado, Stein admite que por el momento no hay mucho estudios en este sentido en Europa. “La OMS está trabajando y examinando estadísticas sobre el impacto de la crisis económica, y por eso es tan importante una vigilancia estrecha en la actualidad”.
De momento, los europeos pueden felictarse por vivir el región más próspera y longeva del planeta (nueve de los 10 países con mayor esperanza de vida están aquí); pero no todo son buenas noticias. “Aunque la principal carga son las enfermedades crónicas, nos preocupan también las enfermedades infecciosas”, admite Stein. De hecho, añade, Europa es la única región del mundo en la que crecen las nuevas infecciones por VIH.
Además, el alcohol está detrás del 6,5% de las muertes en la región, donde una de cada cuatro personas mayores de 15 años es fumadora habitual.
“Europa afronta importantes retos que están redefiniendo las prioridades de salud y nuestras necesidades de cara al futuro”, asegura en un comunicado Zsuzsanna Jakab, directora de la oficina regional de la OMS en Europa. “Hay desigualdades persistentes en la región que, en algunos casos, están empeorando. Esto es algo injusto e innecesario que tendremos que afrontar juntos”.