El rápido aumento de Ómicron en Sudáfrica es la mayor preocupación de los investigadores, porque sugiere que la variante podría provocar aumentos explosivos en todo el mundo. Y si este patrón se repite en otros países, el segundo elemento determinante será la eficacia de las vacunas frente a esta mutación.
Desde el inicio de la pandemia COVID-19, la Red de Vigilancia Genómica en Sudáfrica (NGS-SA) ha seguido la evolución del coronavirus SARS-CoV-2. A finales de 2020 detectaron el linaje 501 Y.V2, que posteriormente se denominó variante Beta.
A través de estos análisis, el mismo grupo científico fue responsable de identificar la nueva variante: B.1.1.529, denominada luego como Ómicron . La Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha declarado una “variante de preocupación”.
La velocidad de reproducción de la nueva la variante en Sudáfrica sugiere que tiene cierta capacidad para superar la inmunidad. Alrededor de una cuarta parte de los sudafricanos están completamente vacunados, y es probable que una gran parte de la población se haya infectado con el SARS-CoV-2 en oleadas anteriores, basándose en el aumento de las tasas de mortalidad desde el inicio de la pandemia, estiman las autoridades sanitarias del país.
A partir de la información conocida, y datos que faltan confirmar, os investigadores que componen la Red de Vigilancia del Genómica, en una presentación frente a la comisión parlamentaria de salud del cuerpo legislativo sudafricano, adelantaron parte de las conclusiones de un estudio preliminar sobre el comportamiento del nuevo linaje del coronavirus.
Según publica el diario El País, que recoge este informe parlamentario, el experto en enfermedades transmisibles Richard Lessel, si bien ha adelantado que se necesita más tiempo para lograr conclusiones, adelantó que “las vacunas son la herramienta que pueden impedir que la enfermedad sea grave y se precise de hospitalización”.
Más allá de estas primeras apreciaciones extraídas del informe, para Lessel y otros científicos sudafricanos, el lugar dónde se concentran las mutaciones, puesto que “muchas lo hacen en la proteína de pico”, es parte del comportamiento que deberá determinarse con nuevas investigaciones para ser concluyentes.
Lessels, médico especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de KwaZulu-Natal, ya había adelantado que “apenas ha habido tiempo suficiente para que las infecciones hayan tenido tiempo de progresar a una enfermedad grave y a la hospitalización”. Este argumento pone en duda las afirmaciones sobre una infección que se supera con síntomas leves, aunque sí se podría adelantarse que las vacunas “evitarían hospitalizaciones”
La gran incógnita es qué fortaleza tendrán los anticuerpos frente a las nuevas variantes, en especial los alcanzados por los sueros desarrollados para detener al virus.
Finalmente, otro adelanto es el referido a lo relativo sobre la gravedad de esta nueva variante. Debido a la afectación sobre poblaciones jóvenes, al menos en esta etapa de la pandemia, no deja determinar que ocurrirá cuando alcance a personas mayores.