El ministro interino de Salud Pública, Jorge Quián, explicó que el hantavirus es una enfermedad transmitida por el virus Hanta, cuyo vector es la orina, heces o saliva de los roedores infectados depositada en lugares cerrados (como sucedió en este caso detectado), abandonados o de acopio de materiales que se almacenan durante mucho tiempo (leña, construcción, etcétera). Cuando estos productos se secan, permanecen en el ambiente y vuelven al aire en forma de aerosol al mover el polvo.

La enfermedad se identifica por un cuadro pulmonar severo que se presenta con fiebre, mialgias intensas, astenia, cefalea y, en ocasiones, un cuadro gastroentérico, que evoluciona en algunos casos rápidamente a una fase cardiopulmonar, con distress respiratorio y severas alteraciones hemodinámicas.

Con una mortalidad del 30 %, en Uruguay se observan 20 casos por año, ubicados sobre todo al sur del río Negro. “Hay que tener medidas precautorias en cuanto a los lugares donde pueda haber roedores”, especificó Quian. Se recomienda la ventilación de estos espacios, higienizar con hipoclorito de sodio y utilizar tapabocas y guantes para la limpieza.